CONVERSACIONES CON MI GATO: Nada es igual… por David de Molay
A lo largo de nuestra
vida nos envolverán miles de aromas, algunos fáciles de identificar, casi todos
cotidianos, otros irán y vendrán, otros sólo pasarán una vez y desaparecerán.
Un día, a lo largo del
camino, sin saber el por qué, nos preguntaremos a qué huele la vida y, aunque
nos parezca imposible, no sabremos responder.
NADA
ES IGUAL
Dicen que el mundo se
mueve en el inmenso firmamento obedeciendo leyes físicas lejanas y misteriosas
que el hombre nunca, posiblemente, alcanzará a imaginar, pero nada es igual…
Lucen estrellas por miles
de millones y el infinito parece quedarse pequeño, y la luna cambia de fases,
pero nada es igual…
Las olas del mar van y
vienen para besar cada segundo la orilla apenas para contar tanto oleaje, pero
nada es igual…
Los pájaros emigran, las
estaciones se suceden, corren los ríos, fluyen las fuentes, las cosechas se
suceden unas a otras, pero nada es igual…
Nace el arco iris cuando
muere la tormenta, y nace la vida a los mueve meses, el sol sale por el Este,
por cuatro puntos cardinales nacen y mueren los vientos, pero nada es igual…
El universo sigue
creándose y la gran obra rebrota cada día entre la vida y la muerte, pero nada
es igual…
Como todo contenido que
guarda la frase: te quiero… nada es igual…
AGOSTO
Con su frío en el rostro
camina el mes ocho con sus noches de locura estival, en los cielos lluvia de
estrellas, como si todas las almas del cielo se fugaran al instante y se
perdieran todas por el mismo agujero, escribiendo en sus colas fugaces todos
los deseos de los de aquí abajo: los mortales, deseando amor eterno.
Indeciso el ocaso alerta
a lo cotidiano cuando, por el horizonte lejano, el pintor de los meteoros
dibuja de parte a parte de la bóveda celeste una tormenta de verano.
Centellas y rayos cruzan
el cielo iluminando con su poder y truenos la larga y cálida tarde de agosto,
mansa la lluvia se deja caer desde lo alto para besar a la madre tierra,
refrescando la insistencia estival.
Entre tanta confusión
aparece vestido de arlequín, con sus colores, un arco iris tendiendo su mágico
puente entre el cielo y los deseos.
RECUERDO
DE UNA NOCHE DE AGOSTO
Derrama la noche sus
lisuras sin contemplación alguna y se pinta el cielo con rubor de luna e
infinitos destellos de locura.
En el ambiente danza
anónima una brisa tímida sin ninguna prisa, que desde la costa cruza tierra
adentro, lastrando aromas de mar y rumor de caracolas.
Es la noche reina de
encrucijadas, de lances y amoríos, refugio de pecadores, anfitriona de
valientes, quimera de los creyentes, alimento para los soñadores y poetas,
eucaristía diáfana para el amor; perfecta excusa para dos, es, la noche.
La armonía es patente,
hasta el silencio del mismo cielo se oye, mientras aquí abajo todo sigue el
orden en su desorden.
¡Ya ves! Y sin embargo no
es noche perfecta, ¿Para qué quiero tanta lisura, ni la brisa del mar, ni la
armonía, ni el silencio sideral, ni la inmensidad si a un centenar de metros
tus labios varados están en la orilla de mi boca en esta noche de agosto que
sólo recuerdo será?
SUEÑOS
DE AMOR
Me vence la soñolencia y
la vigilia me abandona, el letargo como una aldaba toca a la puerta de mis
sueños, que deambulan en conspiración con el amor eterno.
Comienza la visión de mi
fantasía, una estanque de aguas transparentes, en donde lloran la triades,
sobre un ara de mármol rosa con vetas de nácar, en su centro un crisol donde
funde la llama viva del amor, un pebetero de alabastro reparte aromas de
inciensos, candelabros repartidos por la estancia alzan sus brazos portando
pálidas y brillantes velas como pedazos de luna, danzan de forma grotesca las
sombras de las llamas.
Me cruzo con una mirada
cómplice y dulce agazapada en la penumbra, siento la frescura y el néctar de
unos labios. Unos brazos se atan a los míos, brota la sinceridad, la lealtad,
profundidad en las palabras, frases que atraviesan la vida…
De repente vuelvo a la
vigilia y despierto sin apenas acordarme del sueño, ni el tiempo que he
dormido; en mi mano una pluma y frente a mí unas cuartillas, en el maculado
blanco del papel hay algo escrito: “por
amor sueño, un sueño de amor, soñando por ti, sueño con tu amor, y soñando me
olvido que al despertar he soñado contigo…”
PENSAMIENTO
VESPERTINO
En los momentos que uno
contempla el día cuando se marchita y va a morir por el ocaso para dar cuenta
de lo acontecido cotidiano, y es la noche la que limpia virtudes y pecados, uno
se da cuenta que todo nace y muere, nada hay, todo se va tal y como viene; pero
algo queda… la carne a la tierra vuelve, las huellas en el camino, nuestra voz
flotando en el éter, y los recuerdos superfluos de evidencias materiales; y lo
que se va… la vida en forma de alma… la que abre la puerta y luego la cierra,
para seguir el viaje por el deambular eterno, cambio de plano corporal… al
espiritual sólo un paso… el mismo que pare venir, como para marchar… el camino
es conocido en las mismas penumbras… despojado de todo… ni el hombre… sólo la
siembra, trajiste labor para sembrar: amor… y debes retornar con la cosecha
final… amor y nada más.
LO
MÁS BELLO ENTRE EL BIEN Y EL MAL…
La luz del amanecer a tus
pies se postra con sumisa y exacta puntualidad
al igual que la vida y la
muerte,
alzas tu orgullo sobre tu
tallo, desafiante, altiva como una emperatriz
despertando el misterio
de la mañana,
desperezando tus pétalos
adornados de perlas de rocío
frescos y suaves como la
caricia del recién nacido,
cálidos y tímidos como
los primeros besos de la adolescente,
tersos y apasionados como
la pasión de una mujer,
rompes el embrujo de la
policromía
con la majestuosidad de
tus formas y colores,
cuentan los libros de
misterios y leyendas
que fuiste pacto
celestial
al verte tan bella
poseerte quiso el mal,
tanto te deseaba que el
bien le condenó a una cruel realidad:
vivir y morir contigo,
custodiar la belleza que tanto anhelaba,
fue convertido en tus
espinas,
con el fin de que el
mismo mal apartara a sus detractores
de belleza tan deseada
que sólo la belleza, la
armonía, la fragancia
fuera libremente
contemplada
y así quiso el Gran
Creador no sólo dotarte de belleza sin igual
sino ser la diosa del
mismo amor,
símbolo de la pasión, de
la vida, del recuerdo, del te quiero,
del adiós,
la luz del amanecer a tus
pies se postra con sumisa y exacta puntualidad
al igual que la vida y la
muerte
alzas tu orgullo sobre tu
tallo, desafiante, altiva como una emperatriz
despertando el misterio
de la mañana,
quiero imaginarte, cierro
los ojos y ya estás, huelo tu fragancia
para intentar acabar la
rima o la prosa,
eres la cosa más bella
entre el bien y el mal, lucha de poderes
por lo bello y lo
perfecto, por eso te hizo el Creador flor y la reina tú eres
del amanecer, del ocaso,
de la noche, del amor, la vida, del adiós,
la armonía ganó la lucha
y te llamó Rosa.
Visitas
recibidas por esta página hasta el 6 de marzo de 2019:
1.783
Comentarios
Publicar un comentario