TEMAS E IDEAS: Cuestión de fe, por Ancrugon
Un nuevo miedo se deslizaba pegajoso por los pliegues de mi cerebro y ese miedo surgió esa mañana, nada más tirarme de la cama, como aparece un grano en el cutis juvenil. La luz, matizada por las vidrieras de la capilla, vidrieras alargadas y multicolores con figuras estilizadas y geométricas, daba, incluso en los días sin sol, una sensación festiva a la misa de los domingos. Una agradable impresión de paz fresca y reconfortante impregnaba el aire limpio y todo era como nuevo y jovial a pesar de ser lo mismo y repetido. El sol vestía sus rayos de carnaval y los colores se derramaban en manchas de alborozo sobre los bancos de madera mil veces lijados y barnizados por la personalización del roce y se reflejaban mágicos en el encerado pavimento sobre el que resonaban los pasos lentos y tranquilos de los que marchábamos hacia el altar para recibir, como decía el viejo padre Anselmo, “el misterio divino de la comunión”. En un ángulo de éste, bajo la mirada atenta y agónica de un Cri...