CONVERSANDO CON MI GATO: Tu amor se mece en mi tiempo…, por David de Molay
Frente a
mí veo como se marchan los días, llevándose con ellos todo lo vivido, mientras
va llegando la noche silenciosa, para preparar la llegada de un nuevo día que
traerá lo que he de vivir, pero siempre existirá la incógnita sabiendo cuándo
es el principio, pero no el final. Entretanto, nos dejaremos llevar por el
tiempo, repartiéndolo entre lo vivido y lo que quede por vivir; aunque no
sepamos cuándo es él…
Me
gusta saber que el cielo y sus misterios son testigos de cómo tu amor se mece
en mi tiempo, pues las estrellas trían nuestros sueños y la luna vigila
nuestros sentidos, mientras tu amor se mece en mi tiempo… Y es el sol de la
mañana el que nos invita a las pasiones, mas en el atardecer nos buscamos en la
luz del ocaso para que tú me digas lo que me quieres y yo… lo que te amo,
mientras tu amor se mece en mi tiempo.
Como
hojas llevadas por el viento, seguimos este periplo llamado vida, a pesar de
sus quimeras, entresijos, risas y lágrimas, encrucijadas y obstáculos; pero a
pesar de todo quiero vivirla, pues me alivia saber que tu amor se mece en mi
tiempo.
Miles
y miles de olas morirán en la orilla de la playa, miles de estrellas fugarán
por el infinito universo, millones de gotas de lluvia escribirán páginas de
alivio sobre la tierra y cientos de arcos iris se dibujarán en el cielo,
montones de flores nacerán y morirán de
primavera a otoño, montones de acontecimientos circundarán a nuestro alrededor,
pero perpetuamente tu amor se mecerá en mi tiempo.
Mientras todos miran hacia la trastienda de
la vida,
yo recibo la luz de la mañana que anuncia un
nuevo día
y espero la evocación del atardecer, antesala
de la noche, para dejarme
llevar por la hermosa cabalgata de los
sueños…
Febrero
Transcurre con su rutina frialdad
por la vereda invernal
febrero riguroso.
Las tardes intentan mostrar
en su ocaso con inocente
y misteriosa compañía
de la lumbre junto a la chimenea,
como supliendo la compañía
de un amigo.
La tarde invita
a la complicidad de la ventana,
el helado cristal nos separa
de la intimidad y el paisaje
con la cara y el olor a invierno.
De nuevo junto al fuego,
la tarde, febrero,
los recuerdos, la meditación
y los deseos,
todo frente a la chimenea
en una tarde de febrero.
Compartir contigo
Quiero compartir contigo
mis quimeras y delirios,
mis sensaciones y mis razones,
todos mis días con sus noches,
compartir mis fantasías
y viajar en mis
sueños,
cruzar valles y ríos,
hermosos mundos y volar
todos los cielos,
respirar cada momento
aire limpio y nuevo,
hablar con el corazón
y escuchar el silencio
de nuestras almas.
Déjame compartir contigo
todo lo que todavía
no está escrito,
ni pensado,
ni dicho.
Que resumido
es toda mi vida,
mi amor y mi
cariño,
quiero compartir contigo.
Siete sueños
Siete sueños he tenido. Comencé con un sueño
que a su vez soñó con otro sueño y éste con un cuarto sueño, y después un
quinto, sexto y séptimo sueño.
En el primer sueño vi la oscuridad de mi
interior y la inquieta sinrazón de la rutina de mi vida.
Y así el primer sueño me llevó a un segundo
sueño, en donde millones de palabras formaban frases en mi mente, sin orden ni
razón.
En el tercer sueño comencé a vislumbrar una
bella luz que poco a poco comenzó a alumbrar la tristeza de mis ojos, era como
la diáfana luz de la esperanza que mágicamente fue sacando la oscuridad de mi
alma y devolvía la quietud a mi vida. Era la rutilante luz de tus ojos, ellos,
con sólo mirarme, retornaron al mundo del olvido el primer sueño.
El cuarto sueño me descubrió tu rostro, tu
voz y todo tu ser, y así fue como en este cuarto sueño de ti me enamoré;
entonces las palabras del sueño segundo encontraron su orden, comenzando a
hilvanar toda esa locura de cientos de poemas pensando sólo en ti.
Pero fue el quinto sueño en donde la armonía
del cuarto sueño se transformó en cascadas de sentimientos y deseos, cuando en
este sueño tus labios y mis labios se besaron.
En el sexto sueño, y tras los primeros besos
del sueño anterior, nos intercambiamos
miradas sinceras y cómplices, que hablaban por nuestros corazones: tú me
confesaste tu amor y yo te prometí amor eterno.
Del séptimo sueño apenas puedo describirlo,
pues desde los sueños quinto y sexto, no quería despertar… quería seguir
dormido para estar siempre soñando contigo.
Te he recordado, ¿sabes?...
Esta tarde he estado en ese lugar donde tú y
yo fuimos uno para el otro y te he recordado, ¿sabes?,
mientras por la ventana he visto un otoño
solitario, lluvioso, frío, que iba deambulando por la vega como si quisiera
perderse.
Flotando en la estancia, permanecían las
sombras de los deseos que yacían sobre el lecho atadas con un lazo de recuerdos
añejos… y te he recordado, ¿sabes?,
el resto de dos cirios con sus lágrimas de
pálida cera y rígidos como dos espectros;
sobre el frío suelo una rosa yaciente, lívida
con su corola quebrada y mostrando ese color quebradizo de todo aquello que
permanece inerte y en el olvido, igual que todos nuestros instantes… y te he
recordado, ¿sabes?
La nostalgia me alcanzó de lleno igual que
nos alcanza el tiempo y el destino que esta tarde me llevó a ese lugar donde tú
y yo fuimos uno para el otro… y te he recordado, ¿sabes?
Te quiero a ti
Andaré miles de quilómetros
cientos de noches bajo la luna
con sus días claros y otros en penumbra,
pero te quiero a ti.
Iré con mi vida como el río con su corriente,
mil tormentas y quinientos arcos iris,
pero te quiero a ti.
Correrá mi sangre por su ciclo vital,
sabré cómo me llamo y el día que nací,
mis colores preferidos, mi número de la suerte,
mi música preferida y todo lo que me motiva,
pero te quiero a ti.
Recorreré con mi tiempo el calendario,
divagaré con las horas, iré de aquí para allá
y de allá no sé a dónde,
pero te quiero a ti.
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